En el documento hacen referencia al consumo desatado del "paco", la pasta base de cocaína, y aluden a los motivos y consecuencias, con lúcidos argumentos como los siguientes:
La despenalización de hecho generó inseguridad social. La raíz de la inseguridad social hay que buscarla en la insolidaridad social. A poco que nos pongamos a la luz de Palabra de Dios, descubrimos que como sociedad no nos hemos movilizado suficientemente ante el hecho dramático del hambre de los niños, que da lugar a adolescentes débiles física y mentalmente. Con madres y padres angustiados sin trabajo o changas mal remuneradas. A los que les resulta más difícil entusiasmar a sus hijos con actividades en clubes y cursos o cualquier otra forma positiva de ocupar el tiempo, ya que no cuentan con el apoyo y el dinero necesario. Se generan así situaciones infrahumanas aprovechadas a su vez, por los gananciosos distribuidores de droga.
Es primera vez que una reuniión de sacerdotes habla fuerte y claro, en un lenguaje muy distante de la mera represión, poniendo argumentos razonables en un debate que a menudo se resuelve sólo en favor de los partidarios de la prisionización.
La carta completa puede leerse aquí.
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