La decisión del gobierno mendocino, incorpora al país transandino con España, Suiza y Francia, que también permiten la castración química para personas que han cometido delitos de violación. Se trata de un castigo que pretende rebajar las tasas de reincidencia, toda vez que de acuerdo a lo expresado por organismos especializados, entre el 79 y el 90 por ciento de los condenados, han cometido el delito más de una vez. En los Estados Unidos, California, Iowa y Florida también han contemplado esta pena.
La idea es que la persona se someta voluntariamente a la castración química, y si no lo hace, podría perder beneficios como la rebaja de penas o el perdón del estado, posterior a la condena. Se administra de forma mensual mediante una inyección que disminuye la producción de testosterona y espermatozoides, o mediante la ingesta de una pastilla de acetato de ciproterona. Sin embargo existen otros medicamentos que causan un efecto similar, como algunos antidepresivos.
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