En dos puntos del planeta, dos hombres sin nada en común, provocaron matanzas colectivas y luego murieron. En Alabama, Estados Unidos, fallecieron 10 personas, entre ellas 5 familiares del tirador de 35 años, que luego se suicidó. Disparó a quemarropa en una autopista y dos supermercados.
Por otra parte, en Alemania, un adolescente de 17 años, residente en Winnenden, volvió a su antiguo colegio, ataviado con ropas negras, y mató a 15 personas, para luego suicidarse, o ser abatido por la policía, luego de ser perseguido por varios kilómetros.
Los sucesos recuerdan otros igualmente trágicos, como el ocurrido en Columbine, Estados Unidos, donde 2 adolescentes ingresaron a un colegio, en abril de 1999, matando a 13 personas e hiriendo a 17 alumnos.
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