El sábado pasado, el parlamento de Burundi votó favorablemente un nuevo Código Penal, cuyo aspecto más destacable es la abolición de la pena de muerte, que es reemplazada por presidio perpetuo. Si bien el castigo no se aplica desde 1997, el avance que supone la codificación, agrega nuevas figuras típicas, como los crimenes de torura y violencia sexual.
El país ha estado sacudido en los últimos años, por graves enfrentamientos, que han significado la muerte de miles de personas, y si bien no podemos esperar que un código sea la solución de los actos genocidas, sin embargo manifiesta la voluntad del parlamento de avanzar en el respeto de los derechos de las personas.
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