En aquel mundo olvidado por la sociedad, los amores filiales suelen ser muy especiales. Recuerdo aquel preso que a la hora de recibir su primera salida dominical, luego de 16 años de encierro, le pregunté que haría al traspasar aquella puerta hacia la libertad: “primero, ir a ver a mi vieja al cementerio, luego, conocer Concepción”. Claras las prioridades del condenado. Y si en aquel mundo perdido y ajeno para la sociedad, existen claves tan naturales, entonces es la confirmación de que algo late en el corazón humano, que le define en esencia: la madre está comprometida por naturaleza con la suerte de sus hijos. es antinatura el abandono. Algo muy distorsionador y perverso debe existir, cuando una madre es insensible al dolor de sus hijos. Crecí rodeado de mascotas, y las madres permanecían junto a las crías, incondicionalmente hasta que éstas podían valerse por sí mismas, y con un zarpazo, un mordisco, condicionaban las conductas.Es que debe ser muy potente llevar a una criatura en el vientre por 9 meses y luego verla crecer.
Hoy es el día de la madre, y sorprende como las grandes tiendas, el comercio en general, exacerba el consumismo desenfrenado como pretexto para saludarles. En los spots, son representadas por actrices de moda, y toda la camada de anzuelos para vender. Pero el espíritu del día no parece ser el número de cuotas a pagar por el regalo, sino algo mucho más sencillo: un simple gracias por todo, quizá un recuerdo para las que no están, porque la incondicionalidad del amor materno, no se basa en la materialidad de lo que recibe a cambio, como fiel reflejo de la Madre del Crucificado.

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